
Cuántas veces encontramos en nuestras vidas,
tantas y tantas cosas que no esperamos,
cuántas mañanas claras anochecidas,
cuántos soles sin salida,
cuántas noches sin reclamos.
Cantando una plegaria que vuele al viento
buscando las respuestas que no encontramos,
vamos dejando atrás los malos momentos,
cambia por cantar, lamentos,
no está todo en nuestras manos.
Desde un rincón de mi alma te iba rezando
y de algún modo supe que me mirabas,
Madre, sentí el calor que estaba olvidando,
y a tus pies pedí, cantando
que jamás me abandonaras.
Necesito que siempre estés a mi vera
porque sin ti no sé lo que soy o he sido
te buscaré en las flores en primavera
seré tu mejor romera,
por Ti, Virgen del Rocío.
Patricia Santos
No hay comentarios:
Publicar un comentario